Fuente dZoom
La foto está movida... ¡qué fastidio!... ¿por qué?. Mucha gente se queja de que muchas de las fotos que hacen les salen movidas. Y parte de ellos incluso le echan la culpa a su cámara. ¿Estás tú entre ellos?. Pues que sepas que uno de los motivos más frecuentes por las que obtenemos fotos movidas es por no sujetar correctamente la cámara. ¿No te lo crees? Prueba a seguir estos sencillos consejos y verás cómo mejoran tus fotos.
El Secreto: Mantener la Cámara lo más Fija Posible
Las fotos salen movidas cuando se produce movimiento apreciable mientras el obturador de la cámara está abierto. Por eso cuando hay mucha luz es muy difícil obtener fotos movidas: porque el obturador permanece abierto muy poco tiempo (para obtener una exposición adecuada) y el movimiento tiene que ser muy brusco para que quede registrado en la fotografía. Pero cuando las velocidades de obturación tienen que ser más lentas (generalmente, en situaciones de mayor oscuridad) ya es otro cantar. Es necesario mantener la cámara lo más fija posible. Piensa que tu cuerpo debe actuar como trípode para tu cámara.
Empecemos Por los Pies
Para conseguir que tu cuerpo esté lo más estable posible, debemos empezar por los pies. Mantenlos separados para evitar el balanceo. Procura evitar la flexión de las rodillas: conseguirás mayor estabilidad con las piernas totalmente extendidas. Si el ángulo que quieres tomar lo requiere, puedes arrodillarte, pero apoya la rodilla en el suelo: o totalmente extendido o arrodillado, pero procura evitar posiciones intermedias.
Busca Apoyos Adicionales
Por curioso que pueda parecerte, se consiguen resultados sorprendentes cuando apoyas tu cuerpo sobre la pared, una columna o cualquier otro objeto estable de gran tamaño. Si estás en un espacio abierto no tendrás muchas opciones, pero si tienes algo grande y fijo a mano, no desaproveches la oportunidad. ¡Merece la pena!.
Los Codos contra el Cuerpo
Mantén los brazos lo más replegados posibles. Cuanto más extendidos estén, mayor movimiento. Procura apoyar los codos contra el cuerpo: evitarás vaivenes innecesarios. Este consejo es especialmente importante en fotografía digital, ya que el monitor LCD de las cámaras digitales hace que tengamos la tendencia natural de alejar la cámara y extender los brazos.
Con las 2 Manos, Por Favor
La miniaturización en la electrónica de consumo alcanza límites insospechados. En la fotografía digital hace posible que podamos encontrar en el mercado modelos de cámaras tan pequeños y ligeros que parece increíble. Por poco que pese tu cámara utiliza las dos manos para sujetarla. Piensa que el gesto de apretar el botón genera un movimiento considerable, mucho menor cuando sostenemos la cámara con ambas manos.
Tensa los músculos
Siguiendo las recomendaciones anteriores conseguiras colocar tu estructura ósea de modo adecuado para conseguir la máxima estabilidad. Es momento de poner en juego tu sistema muscular. Evita la flacidez. Tensa un poquito los músculos, pero no te pases. Se trata de evitar vibraciones innecesarias: si aprietas demasiado puedes provocar un ligero temblor, justamente lo que pretendemos evitar.
Contén la Respiración
Cuando la velocidad de obturación es reducida, oscilaciones como las que producimos al respirar pueden provocar fotos movidas. Conviene contener la respiración para reducir los movimientos al mínimo. Inspira, conten y dispara. O bien, expira, conten y dispara. Prueba ambos modos y decide cual es con el que más cómodo te encuentras.
Sostén la Cámara con la Izquierda, Controla con la Derecha
Si tu cámara es réflex o tipo réflex, sostén la cámara con la mano izquierda: pon la palma hacia arriba y sitúa la parte inferior de la cámara sobre ella; abraza con los dedos pulgar e índice el objetivo. Con la mano derecha abraza el lateral derecho de la cámara, de modo que el dedo índice caiga de modo natural sobre el disparador, y que el pulgar abrace la parte posterior de la cámara, cerca de los controles principales. Y no olvides pegar los codos al cuerpo.
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